El respeto

El respeto 

El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.

Por defecto: el miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.

Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.

El respeto es un valor moral que nos permite  reconocer, aceptar,  y considerar las cualidades del individuo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor inherente y de los derechos de los individuos.

El respeto no sólo se manifiesta hacia las personas sino también hacia las normas morales. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. El respeto consiste en el reconocimiento de los intereses. El respeto permite que los individuos convivan en sociedad pacíficamente, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos.

Uno de los filósofos que mayor influencia ha ejercido sobre el concepto de respeto en el mundo intelectual ha sido Emmanuel Kant. En su filosofía moral, este pensador sostiene que los individuos deben ser respetados porque son un fin en sí mismos. Al ser un fin en sí mismos poseen un valor intrínseco y absoluto. Por este motivo es que los individuos tenemos este valor tan especial llamado por Kant la "dignidad", que otros filósofos han denominado como valor inherente.

Otra forma importante de este concepto consiste en el respeto a uno mismo. De la misma manera que debemos respeto a los demás, no está justificado que nos discriminemos a nosotros mismos, por lo que debemos tener la misma consideración por nuestra propia vida.

Por todo esto, respetémonos a nosotros mismos y a los demás.

Asimismo, podemos entender que el respeto implica necesariamente no utilizar a los demás como meros recursos, esto es, implica el veganismo.